Andoya

Y llegué a las Lofoten…. Atrás quedan miles de kms dando vueltas por todo tipo de fiordos. Durante años he escuchado y leído sobre las Lofoten pero siempre pensé que estaban a un tiro de piedra y por ello priorizaba los viajes más distantes. Ahora que tenía furgoneta era el momento.

Ruta por Langoya, Hadseloya …

Antes de cruzar las Lofoten viajaría hasta las islas Andoya, Longoya y Hadseloya para luego bajar y cruzar las Lofoten. En Andoya me daría cuenta de que hubiera sido prefereible cruzar, previamente, las Lofoten y luego ir subiendo para terminar en la ciudad de Andenes en Andoya; desde ahí el ferry para el Senja.

Andenes es el último pueblo de la isla Andoya. Subí por la carretera de leste que en la isla es la cara más urbanizada, si a eso se puede decir de varios pueblos con una docena de casas. Si vas por el oeste la costa es mucho menos poblada, más agreste y abrupta y la carretera más peligrosa. En diversos puntos de la misma apenas pasa el autobús. La carretera está llena de salientes donde parar esperando que pase el que viene en sentido contrario. Si topas con un bus no te preocupes, en cuanto haya un saliente se mete y te da paso; no hace falta que le pites o siquiera que le indiques que quieres pasarle…lo hace por su cuenta.

Una Ventana en Andenes

Los del pueblo hacen lo mismo. De hecho, cuando van por la carretera otean el horizonte y se viene alguien paran en el primer saliente para darte paso. Si topas con una caravana alemana …estas jodido. Suelen haberlas grandes como autobuses y para mí que todavía no han aprendido el sentido de los salientes.

La carretera del oeste, que pasa por Berget, es muy bonita pero peligrosa y no solo por los baches; es muy fácil distraerte y si lo haces o si corres, tienes muchas probabilidades de ir directo al mar… A diferencia del sur del país, en el norte las carreteras son mejores probablemente porque hay mucha menos circulación, especialmente de camiones. Aun así, a menudo tienes más la sensación de cabalgar que de ir conduciendo debido a la cantidad e imprevisibilidad de los baches o desprendimiento del asfalto.

Carretera hacia Andenes

Hay que andar con mucho cuidado inclusive en aquellas carreteras en las que te parece que se puede acelerar… ¿¿ojo!!…los baches son de campeonato.

El segundo día me fui de visita a las islas Sandset, Longoya y Hadseloya. Las tres, como Andenes, por la costa oriental son poco pobladas y menos urbanizadas– algunas granjas – y una carretera idéntica de mala, aunque la zona es mucho más espectacular

Una casa en Andenes a las 4 de la madrugada.En cambio, por el leste las carreteras son mucho más pobladas y urbanizadas que las de Andenes.

Todas las islas están ligadas por puentes y túneles… También aquí hay muchas reparaciones y ampliaciones de carreteras. Es evidente que todo el país está en franco despliegue de carreteras, túneles y puentes y con ello seguramente vendrá el “maderazo” – lo mismo que el “ladrillazo” de España, pero aquí es de madera – que ya se aprecia.

Lo impresionante aquí es el sol y el viento, que, en Andenes, sopla como si hubieses dejado la puerta abierta. Andenes es un pueblo muy pequeño. Hay súper, una base militar muy pequeña, puerto de pescadores, varios hoteles y campings. Durante el viaje de llegada de pronto te parece haber entrado en un agujero de gusano y transportado a otra dimensión, otro mundo; respecto al resto del país visto hasta ahora, aquí cambia la vegetación – más rastrera y menuda – grandes praderas pobladas por árboles que no superan el metro y medio de alto y el mar por todas partes, mar y lagos.

Un Hotel en Andenes

Llegado a Andenes pensé que no sería buena idea quedarme en la furgo…había hecho 600 Km así que quería descansar en una buena cama y darme una larga ducha bien caliente. Busqué hotel, pocos y muy pequeños, hasta encontrar el Kristina Apartments. Llamo a la puerta y por el primer piso aflora

Casa en Andenes a las 4 de la madrugada

una señora rechoncha …aguarde un momento…  al rato baja y me abre la puerta del hotel hacia un hall de entrada con una pequeña recepción. Viene sonriente “… ¿de dónde viene? …De España, Barcelona… hoooo Spanien … se pone cara de espanto como la de alguien que se encuentra de cara con Drácula y sale corriendo hacia adentro. Será que una mala historia con algún compatriota de las Hispanias le ayuntó o bien que mi aspecto era tan feroz que el pobre huye despavorida…

Al cabo de un rato vuelve con el amo del hotel, un señor delgado y con cara de buenos amigos; viene alegre, como se hubiese encontrado oro, me saluda y me tiende la mano, pero ambos me observan como una rareza. Es improbable que no haya recalado por aquí otro español; así que me quedé preocupado pensando en lo que me iba a ocurrir …Oooh spanien, spanein… y mira al techo. Está claro que la experiencia hispánica le resultó buena …ooooh, paella, Dalí, Barça oooh… Lo confieso… antes de venir, tenía la idea de que estos del norte nos miraban de reojo y así me preparaba para todo tipo de imprevistos. Claro está que en España ya me habían advertido que a los del

Andenes a las 21:00.

norte no se les dan besos ni se les toca porque está muy mal visto ya que para ellos es de mal gusto; así que, para ambientarme, anduve por Barcelona un par de meses con las manos en los bolsillos intentando acostumbrarme a no saludar, aunque ello me comportaba mil explicaciones diarias y algún disgusto. Pero la verdad es que por todas partes he sido muy bien recibido y en muchos casos con admiración; aquí, España es muy conocida y apreciada y no es por acaso; la mayor comunidad de noruegos en el extranjero reside en España unos cien mil creo.

El hotel está libre y me dan las llaves. Tengo a mi disposición 5 habitaciones, 3 lavabos, cocina y salón. Al entrar, hay que dejar el calzado y los abrigos en el porche de entrada; no puedes entrar calzado… Al cambio 65€. Así que abro el hotel, reviso las habitaciones y los lavabos todo impecable. Escojo habitación y acto seguido un buen baño bien caliente.

Andoya.

Me quedo aquí el resto del día y habiendo tomado una buena ducha, preparado una buena cena en la cocina y descansado, a media noche salgo a dar un paseo y hacer algunas fotos; el sol todavía está visible y no hay visos de que desaparezca en el horizonte. Aquí la noche es como en España a las 7 de la tarde; no oscurece nunca y las fotos no necesitan flash.

Llegadas las 2 de la mañana y con un viento huracanado, el sol no solo no baja, sino que empieza a subir en la vertical como si amaneciese. Mi esperanza de verlo desaparecer en el horizonte al garete.

Recorro toda la ciudad y no me topo siquiera con un gato o perro…es como una ciudad fantasma y, además, no hay luces encendidas en ninguna parte, ni falta que hace puesto que la luz del solar es plena.

Así que vuelvo al hotel y para la cama. Pero a las 4 la luz del sol ya era tan intensa que no había forma de cerrar ojo… Era realmente raro, raro… En Noruega no están de moda

Andesnes a la noche.

las cortinas y en mi hotel menos; aquí se cultiva el mostrar el interior con orgullo. Así que hay que recurrir al tapa ojos comprado en una farmacia.

En el norte de Noruega me da la sensación que las personas son más pobres; las casas no san tan grandes y no se ve la pulcritud del sur. Por lo demás y como en todo el norte europeo, las casas tienen grandes ventanas engalanadas con cosas a modo de escaparate. Lo mismo que los jardines de las casas; toda casa que se precie de serlo, tiene un jardín, un mástil para la bandera y las respectivas decoraciones: trolls, cisnes rojos, molinos de Holanda, búhos, águilas, flores de plástico, juguetes de niño…o el robot a modo de rumba que pasea solo por el jardín cortando el césped. Ni una sola ventana, por pobre que sea, está sin su correspondiente decoración. Aquí no suelen abrir las ventanas y no me extraña con el frio y viento que hace… No pasamos de los 12 grados en pleno junio y a la noche/día bajó hasta los 3. Interiormente las ventanas tienen una trampilla arriba y otra abajo que se abre para que pase el aire. Así que las ventanas están más para ver el paisaje y de paso exhibir el arsenal decorativo. Por todas partes están cortando la hierba de los jardines y plantando flores, lo que supongo ser cosa de la época de verano.

Andenes, como los demás pueblos de por aquí, eran, en su día, pueblos de pescadores. Pero con la venida del turismo y la base militar las cosas cambiaron. Si buscas un bar donde tomarte una cerveza o un restaurante … vas mal. Aquí eso no se estila al menos durante mi estancia en Junio. En Andenes tan solo hay un Pub a modo de club. No entra todo el mundo, y mal caben una veintena de personas.

Langoya, Sandset, y Hadseloya están más industrializados y cuentan con mucha más urbanización y población, pero aquí lo de bares y restaurantes a modo de España no se estilan…

Cruela

En el segundo día me dedico a vaguear por Longoya, Hadseloya y Sandset y vuelvo al hotel. A mi llegada advierto

Andoya

que tengo inquilinos; dos rusas jóvenes y una pareja alemana.

Las rusas han puesto su radio a toda pastilla y se ponen a cocinar. Tenían que hacer saber a todo el mundo que allí había dos rusas. La comida… fríen patatas con un poco aceite de girasol. Luego le echan los huevos encima y remueven. Supongo que habrían probado la tortilla española, pero se olvidaron de la receta o bien se trata de una variante: “la Tortilla de patatas rusa”.

Una de ellas parecía una atleta de halterofilia; media casi un metro ochenta y con los leggins se le notaban unas piernas bien recias y fuertes y toda ella bien musculada. Tenía cara de Cruela, unos rasgos bien definidos y una mirada incisiva y decidida. La otra, Sophia, era justo lo contrario pero muy bonita y graciosa y de seguida nos ponemos a hablar.  Le explico que vengo de España y como siempre …hoooo spanien hooo… caray, creo que me voy a comprar una camiseta con los colores de España. Me pregunta por donde voy y le explico. Mientras hablamos Cruela está cocinando y de vez en cuando se le escapan unas miradas furtivas y con aire caníbal hacia al españolito; su mirada se fija directamente en la mía y se le nota un aire de desconfianza y amenaza. Uno se siente tocado. En realidad Cruela me está diciendo ….ojito que te chequeo. No te pases porque te rompo el cuello…. Le pregunto de donde vienen y me comenta que San Petersburg y vienen a casarse en Noruega.” …aaah ¿aquí son más fáciles los hombres? Le pregunto … me responde entre risitas que se vienen a casar las dos; son pareja. Dice algo a Cruela y esta deja la cocina y se abalanza sobre ella propinandole todo un morreo… menos mal. Por un momento pensaba que venía hacia mi e ya me disponía a una defensa sin paliativos.

Carretera Oriental de Andoya

Sigo con la Sophia. Me pregunta que coche tengo, mi profesión, que colonia uso que música me gusta y, finalmente, lo que más le interesaba; se tengo marido. No entiendo…consulto el google translate … y si, me está preguntando si tengo marido. Le respondo que no… yo respecto el colectivo LGBTI pero no comparto. Se ríen a carcajadas… la de Cruela suena amenazadora. No me pregunta se tengo mujer, si estoy casado o no… en realidad Sophia está más interesada en saber qué tipo de hombre soy y le importa un bledo lo que haya detrás, de ahí que no pregunte si tengo hijos o si soy casado.

Le pregunto si ha estado alguna vez con un hombre y me responde que tuvo un chico “a boy” , “¿…pero has estado con algún hombre…? Se ríe a carcajadas y le dice algo a Cruela que se parte de risa, pero la de Cruela era una risa forzada, extraña y su mirada se fijaba de nuevo en la mía “… ojito, ojito que te calo… ese bombón es mío… ni se te ocurra…no te pases que te calo…” …entendido Cruela. Tranqui…”

Comen, más bien tragan y, mientras, yo me voy al sofá. Al poco Sophia se viene también, pero Cruela me vuelve a lanzar una mirada de la muerte. En realidad, yo y Cruela nos entendemos mejor que yo y Sophia; es casi como si nos conociéramos de toda la vida y que entre ambos guardásemos un secreto.

Por Andoya

Cruela hace la comida y lava los platos mientras Sophia pulula … me invita a Vodka y comenzamos a beber. Aquello era fortísimo y cuando lo pones en el vaso hay que tragarlo de una sola vez. Me explica que está mal visto tomarlo a sorbitos.

Sigue preguntando sobre Barcelona y de pronto Cruela pone un USB en su radio y se escucha Rebels de David Bowe. Se ponen a bailar y, por primera vez, Cruela muestra su faceta más humana. Bailaba como un mecano, sus movimientos eran alucinantes, impactantes, al rato todos bailábamos incluido yo, David Bowe y Rebels también pertenece a mi reportorio.  Repiten la canción unas cuatro veces… bueno ya está bien … cambiar el track…

Sophia es una niña de treinta años, la misma edad que Cruela. Es imprevisible, alegre y espontánea, y tengo la sensación de que, pese a que son de la misma edad, Cruela es su padre, su madre, su cuidadora, su amiga, su amante …. Todos al sofá y Cruela le dice algo a Sophia que se levanta y se sienta reclinada sobre Cruela…nueva cesión de morreo. Así que creo que sobro y me voy para la habitación.

A media noche siento que el pomo de mi puerta se mueve. La tengo cerrada por dentro y menos mal porque de lo contrario seguramente hoy tendría el cuello roto. Muy suavemente, alguien intenta abrirla. Sophia quiere volar y se cree atada a Cruela por hilo de seda,

Ruta Andenes > Lofoten

pero Sophia tiene una cuerda alrededor de su cuello e yo quiero preservar el mío en su sitio. No me muevo y al rato se escucha una voz inquisidora que dialoga con otra más mansa… Cruela se habrá despertado y viene a buscar Sophia. Sin duda Sophia le habrá dicho que se había equivocado con la puerta del lavabo…lo cual, dada la situación del pasillo, era algo imprevisto…

En el desayuno coincido con la pareja alemana. Son de mediana edad y los dos bien rellenitos. Le pregunto se quieren café y el tío de seguida dice que si… le indico que tengo leche condesada… no sabía lo que era. Alucinante…la prueba, le gusta y se pega dos cucharadas.

Desayuno…se comen cada uno dos Frankfurt enlatados, luego dos rebanadas de pan con mantequilla y rodajas de

Longoya

salami. La tía se abre un tetrabrik del cual salen como unas natillas … le hecha sal y pa dentro… finalmente el tipo se come una cucharada de mantequilla margarina… No me extraña el tipito… el correspondiente…

Se van hacia Finlandia y lo hacen montados cada uno en su moto con tráiler. Estos serían la familia Frankenstein. Hablamos de las rutas a seguir y una hora después cada uno por su sitio. Son las seis y treinta de la mañana. Yo hacia las Lofoten. Las rusas todavía duermen…con la puerta de su habitación abierta.